viernes, 27 de enero de 2012

La economía que se avizora

La economía que se avizora

*Jorge Navarrete Bustamante

Se ha dicho ya desde esta columna que el año 2012 será más que complejo, y que nuestro país se encuentra en excelentes condiciones para enfrentar una recesión mundial posible.

Es que Chile desde hace tiempo descubrió los códices del crecimiento económico y su capacidad y disciplina para prevenir shock externo que suelen impactar fuertemente en el empleo e ingresos de los chilenos.

Esta vez no ha sido distinto.

Por ello la medidas anti crisis que el Ministerio de Hacienda ha planificado son tan relevantes como oportunas: “Hemos hablado –dice el ministro de la cartera que se reunió con el presidente de la CUT y la Ministra del Trabajo- de cómo crear institucionalidades más permanentes para que cada vez que enfrentemos un problema con la situación externa no tengamos que estar pensando cómo responder”.

Lo que se busca entonces es que en períodos de desaceleración de la actividad se puedan implementar una institucionalidad permanente con programas de capacitación y apoyo para los trabajadores, entre otras iniciativas relacionadas.

Esa es precisamente la capacidad de antelación que nuestro país ha demostrado recurrentemente y en ello nuestra región del Maule debe estar atenta porque suele ser altamente vulnerable a las crisis y, lo que es más grave, su capacidad de recuperación es una de las más lentas del país demorándose cerca de 36 meses en recuperar el nivel de empleo ostentado al inicio del shock.

De producirse una situación como la planteada sería la provincia de Curicó (ya Linares está en situación compleja) la que más sufriría el impacto de desempleo con todas sus secuelas sociales y políticas deducibles, en un año de comicios edilicios, cuya institución comunal es tan sensible en la vida de la más amplia gama de los ciudadanos.

De manera que ante un escenario tan evidente y posible en el mundo y, por efecto en Chile, tomar medidas precautorias es decisivo: desde ya asumir una previa focalización territorial, sectorial y factorial de los recursos e iniciativas públicas (tanto las que se gestionan a nivel nacional como las que se implementan en el plano local); implementar un amplio Acuerdo Regional para la Inversión y el Empleo que permita lograr una acción conjunta de los sectores público y privado; realizar cuanto antes un Estudio de Mercado Laboral -tantas veces postergado- es imprescindible para una eficaz toma de decisiones a mediano y largo plazo ; ampliar cobertura de una capacitación rigurosamente pertinente, en función de la demanda; acelerar desde ya los proyectos edificación en obras públicas y vivienda; preparar programas de emergencia con catastros previamente adelantados; en fin, tener preparada la institucionalidad con recursos y acciones concretas para enfrentar una crisis posible.

Me anima la certeza que ello es posible y que nadie debe restarse, especialmente el sector privado, fundamental en crear empleos directos, por el bien de nuestra región del Maule.

MBA. Universidad de Talca.

miércoles, 18 de enero de 2012

2012: Economía posible

2012: Economía posible

*Jorge Navarrete Bustamante

Sin pretender alarmar, este puede ser un año económico difícil. Las Naciones Unidas a través de la UNCTAD avizoran una recesión posible donde el crecimiento mundial no superaría el 0,5%, generando un desempleo que sólo recuperará las actuales tasas sólo en el 2015.

Ello estaría determinado por la crisis de la deuda soberana y la fragilidad del sector financiero.

"Los países desarrollados deberían ser muy cautos en no embarcarse prematuramente en políticas de austeridad fiscal, dado el todavía frágil estado de la recuperación y los elevados niveles de desempleo", dice el informe.

En tanto, la principal preocupación de países como el nuestro será evitar que el aumento de los ya volátiles precios de las materias primas y la inestabilidad de los tipos de cambio socaven su crecimiento.

Para 2012 el informe prevé un crecimiento del PIB de un 3,3% para América Latina en su conjunto; un 2,7% para Brasil; un 8,7% para China; y un 7,7% para la India.

Por su parte, para Chile se proyecta un crecimiento de 4,1 %, según el Banco Mundial. Ello es reconocido por la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) que posiciona a nuestro país como el de mejores condiciones para enfrentar una crisis como la que pudiera presentarse.

No obstante, la OECD asegura que la economía chilena debería atender la diversificación de sus exportaciones, debido a que en la actualidad el peso del cobre ronda el 60 % y Chile podría ser vulnerable a una caída económica global más pronunciada de lo previsto.

Empero, la OECD también establece que el sistema impositivo hace poco para redistribuir la riqueza en Chile. En estricto rigor asevera: “Los impuestos de la renta afectan a muy poca parte de la población y la mayor carga impositiva llega a través de impuestos indirectos, que afectan a todo el mundo”.

Sin comentario.

La realidad es que la OCDE apunta además a que “a largo plazo, lo que el país debería de resolver: es el tema de la pobreza y la desigualdad”.

Se trata de un reto clave para la Economía chilena cuyo coste no parece muy elevado, señala la OECD, si invierte en gasto social el 1 por ciento del producto interior bruto (PIB).

De manera que el año 2012 para Chile puede ser muy activo y con perspectivas económicas sociales muy positivas. Ello sin considerar reformas políticas, como al sistema binominal, en que partidos de la alianza y de la oposición están gestando una nueva gran mayoría, y en donde el que se quede fuera, inhiba o defeccione, pagara elevados costos propios ante una necesidad ciudadana tan imperiosa como evidente y movilizadora.

Esa nueva gran mayoría puede ser el comienzo de un nuevo orden económico social en Chile, en donde más gane toda la sociedad y exista más paz social.

*MBA. Universidad de Talca.

miércoles, 11 de enero de 2012

Capital de Riesgo

Capital de Riesgo

*Jorge Navarrete Bustamante

El capital de riesgo, dice la literatura básica, consiste en el financiamiento y gestión entregada por profesionales a empresas jóvenes de alto impacto, a cambio de altos retornos (económicos y sociales) a todas sus contrapartes. Dicho de otra manera, es la toma de participación temporal del patrimonio de iniciativas empresariales no cotizadas en bolsa (generalmente no financiables vía bancos o factoring, etc.), y de naturaleza no inmobiliaria, todas a cambio de una inyección fresca de capital.

El objetivo es que con tal financiamiento, la iniciativa aumente su valor y, una vez madurada, el inversionista se retire obteniendo altos beneficios económicos, independiente que lo puedan perder todo en el proceso.

Uno de los ejemplos más emblemáticos ha sido el de Bill Gate, que en sus comienzos no encontró financiamiento para su proyecto en la banca tradicional, aunque si en el Capital de Riesgo.

¿Qué sucede en Chile respecto a ello?

Durante varios lustros, el capital de riesgo en nuestro país ha criticado la carencia de proyectos interesantes para invertir, por lo cual, muchos de ellos, han buscado alternativas en el exterior, especialmente en Estados Unidos.

En virtud de ello, CORFO impulsó el año pasado el programa Star-Up, para traer al país talento suficiente y así mejorar el nivel, a fin que los inversionistas colocaran sus dineros en Chile, y no fuera. Además de, simultáneamente, constituir al país en un polo de emprendimiento a nivel internacional.

A un año de implementado el programa Star-Up, el balance presenta déficit. Y no porque CORFO haya hecho mal las cosas, o los proyectos no hayan sido lo suficientemente atractivos, sino porque ha quedado en evidencia que el levantamiento de capital en el país ha sido prácticamente nulo.

En efecto, según cifras de CORFO, publicadas en Diario El Financiero, “en el programa piloto, en que se seleccionaron 22 proyectos, se lograron levantar US$ 3 millones y, en la primera generación, que contempló 84 iniciativas, se recaudaron US$ 1,5 millones, principalmente de inversionistas de Estados Unidos y Argentina”.

Ello evidencia que a los inversionistas chilenos de capital de riesgo no parece interesarles este tipo de iniciativas, o simplemente tienen una aversión al riesgo que no se condice con la actividad que desarrollan.

La señal que está dando esta industria, entonces, es poco clara y desmoralizadora para quienes se han tomado en serio la idea de generar en Chile un polo de desarrollo para el emprendimiento, la innovación, el incremento de la productividad, y de la competitividad de las empresas chilenas.

De verdad, es necesario comprometerse con iniciativas como las de capital de riesgo, más aún cuando en los países en que estas se han implementado, el retorno de dineros para los inversores ha sido considerable, y la economía país se ha dinamizado estructuralmente, potenciándose nuevos negocios, nuevas redes y ensanchando el horizonte de prosperidad para la sociedad toda.

*MBA. Universidad de Talca.

2012

*Jorge Navarrete Bustamante

Este año no se acabara el mundo ni nada que se le parezca.

A lo más podría cambiar UN mundo… pero el resto no colapsará.

Sí existe incertidumbre por la crisis en Europa pues la destrucción de valor de las empresas a escala global el año pasado fue gigantesca pues la baja en capitalización bursátil fue de US$ 6,6 billones.

Tal escenario Chile lo encara con inquietud cierta. De hecho, el Banco Central estableció una banda de sus expectivas de crecimiento a la baja, entre un 3,75 % y un 4,75%; lo propio ya hizo esta semana el gobierno con acciones preventivas concretas como inyectar liquidez, en caso de ser necesario, con recursos provenientes de los excedentes del cobre.

Asimismo, al decir de nuestro Eduardo Engel, PhD y profesor de economía de la Universidad de Yale:Una reforma tributaria puede ser uno de los grandes temas del año. ¿Una reforma que aumenta la recaudación de manera significativa, aun si sectores empresariales se oponen? ¿Acompañada de una modernización de la gestión del Estado que contribuya a un buen uso de los recursos, aun si esto significa enfrentar a sindicatos estatales poderosos? Esa sería una gran reforma, que enfrentaría grupos de poder cercanos y distantes del actual gobierno”

Este será un año también en que los grupos de interés harán pesar su peso frente a un gobierno que se ha resistido -hasta el momento- a asumir reformas estructurales impositivas, políticas, educacionales y energéticas que esas diversas organizaciones sociales plantean.

Sin embargo, pudiera avanzarse (no se sabe aún con que profundidad), según lo evidenciado en estos últimos días en La Moneda, en la superación del Sistema Binominal y de la actual Reforma Tributaria, indispensables para generar cambios basales en otras problemáticas esenciales para el país, como en la educación.

El contenido y velocidad en la elaboración, legislación e implementación de ambas transformaciones –con la perspectiva educacional ya conocida por todos- se expresará en gran medida en las presidenciales de este otro año, siendo los comicios edilicios de octubre próximo una primera señal.

Como se aprecia 2012, más allá de las connotaciones apocalípticas, será un año a lo menos complejo donde se requerirá de mucha capacidad de escuchar, y de propuesta de calidad, sobre la base de una credibilidad a toda prueba.

Por su parte, nuestras empresas debieran asegurar el financiamiento requerido para el año, y revisar sus planes de inversión ya sea para ajustar, postergar o rebajar las mismas, sin dejarse llevar por lo que están haciendo otras compañías, sino que actuar en función de la situación puntual que está enfrentando su propia empresa.

Indudablemente, será difícil este año 2012, pero no lo suficiente para que se acabe el mundo.

*MBA. Universidad de Talca.