En el Instituto Vasco de Competitividad, actores del área económica, política y académica, con Mikel Navarro, director del curso Microeconomía para la Competitividad de Red de Harvard. |
*Jorge
Navarrete Bustamante
Decíamos, basado en el estudio de Michael Porter sobre dicho
modelo, que a partir de los años ´80 los Vascos lograron formar gobiernos
eficaces en lo político, fundamentado en la confianza de los ciudadanos hacia
sus instituciones vascas; en una efectiva transferencia de competencias
capturadas desde el centralismo; a un
muy bien gestionado programa de
internacionalización económica y científica; y a una genuina
reconversión productiva en el marco de su vocación económica ancestral.
Ello –entre otras razones- situó a Euzkadi o País Vasco entre
las regiones de referencia competitiva en el mundo, proceso en que precisamente
su política de clusterización iniciada en los años ´90, es hoy considerada un
paradigma digno de emular.
Efectivamente, la
evaluación en los años ´90 de la década anterior, detecto varios
obstáculos para su crecimiento económico que debían ser corregidos, señalo dos:
las empresas vascas carecían de un entorno competitivo sistémico; y el
esmirriado énfasis en investigación, desarrollo e innovación.
Así, se comenzó por colocar una genuina política de
desarrollo productivo en la primera plana de la agenda política vasca, y “a
ella se subordinaron el resto de las políticas”.
El presidente Ibarretxe re orientó la estrategia de
desarrollo económico del gobierno hacia los clústeres y el desarrollo del entorno empresarial
favorable al crecimiento de la productividad. El Programa de las 3 R “Rescate,
Reestructuración y Reorientación Laboral” se centraba en las herramientas
financieras que servían de ayuda a las empresas para enfrentarse a la crisis
económica de entonces y para adaptar sus estrategias para competir en el nuevo
entorno global.
Los costos de producción en el País Vasco se situaron muy por
debajo de los de sus competidores de otros lugares. Un representante del
gobierno hizo la observación sobre su estrecho trabajo con las empresas vascas:
“en el proceso hemos aprendido mucho acerca de la evolución de un clúster y del
proceso para la construcción de una competitividad basada en los clústeres”.
A mediados de los ´90 el gobierno hizo pública una estrategia
revisada y centrada en la creación de un contexto competitivo para los
negocios, el fomento de cambios estructurales en las empresas vascas y la
atracción de nuevos proyectos de inversión para la región. El gobierno previó la
creación de un Instituto de Competitividad.
La política tecnológica mantuvo su fuerte enfoque sobre el
fomento de actividades de I+D con programas financieros dedicados a las
empresas, unidades de I+D de empresas y centros tecnológicos. El gobierno creó una
sola red de centros tecnológicos que representaba el 13% del número y más del
34% del volumen de negocios de la red española.
En 2001, el Presidente Ibarretxe acuñó el término “Segunda
transformación económica del País Vasco” para lanzar una nueva fase de
desarrollo económico de la región.
CONTINUARA
MBA. Universidad de Talca.