*Jorge
Navarrete Bustamante
El Maule se encuentra con progresos coyunturales motivado
por el buen momento en que transita la economía en América, y especialmente en
Chile, aunque diferenciados (Linares sufre el mayor desempleo y pobreza urbana
de la región); y con déficit estructurales generales (sueldos más bajos de
país; analfabetismo mayor del país; escolaridad bajo el promedio;
infraestructura bajo el promedio; débil desarrollo digital; al igual que en
competitividad sistémica, la más baja del país; y esmirriado índice de
desarrollo humano...
¿Cómo avanzar entonces?
Nótese que basado en la opinión de relevantes
tomadores de decisiones regionales, consignadas en cuestionarios y encuestas
que ha aplicado la Junta de Adelanto del Maule y la Universidad de Talca, ya se
ha hecho saber a diversas autoridades maulinas la imperiosa necesidad de contar
-para empezar- con una “Estrategia
Regional de Desarrollo Competitivo desagregada transversalmente con planes
pilotos en comunas maulinas, con el apoyo de la Red de Harvard”. Tal
estrategia de competitividad debiera servir de base también para planes
sectoriales específicos hoy inexistentes como: Planes de Ciencia, Tecnología e
Innovación; de Agua y riego; de energía; de desarrollo logístico; de desarrollo
Digital, entre otros.
¿Cómo se ve el futuro maulino?
Con
oportunidades que debemos aprovechar mejor que otras regiones pues la elección
directa de los COREs es un desafío sugerente; pero también con incertidumbre
pues aún no sabemos en qué consistirá el traspaso de competencias ni el rol de
Intendente y del Presidente del CORE, en el marco de un estado unitario
descentralizado.
Tampoco
sabemos si ellos serán capaces de trazar un modelo de desarrollo pertinente
para una región tan rural como la nuestra. Pues requerimos imperiosamente de
una gobernanza sistémica verdadera,
en el marco de una Visión compartida de mediano y largo plazo, y del más amplio
espectro. Y en esto nadie sobra, y las apariencias como lo coyuntural importan
menos.
La región
debe entonces, dar un giro fundamental para superar el déficit competitivo
estructural que hoy evidencia todos los estudios en que se nos compara.
Podemos
desarrollar, por tanto, nuevos liderazgos en el Maule; elaborar e implementar
políticas públicas sub nacionales y no quedarnos en los programas centralistas;
requerir un nuevo trato descentralizador al centro político; constituirnos en
región piloto para adecuar nuestra estructura gubernamental básica; granjear la confianza del
pueblo maulino; consolidar ya la región para una efectiva integración con la
regiones aledañas, con los pueblos del sur de Mendoza a través del Paso
Pehuenche, apuntando a Brasil, y también a otros continentes; plasmar una
efectiva descommoditización de la región hacia productos con mayor valor
agregado vía innovación efectiva; desarrollar la cohesión y el capital social,
y una genuina identidad integradora.
Continuará.
MBA. Universidad de Talca.