miércoles, 14 de marzo de 2012

Entorno, competitividad y Acción

Entorno, competitividad y Acción

*Jorge Navarrete Bustamante.

La sociedad actual cada vez más se plantea la mejora del bienestar como un objetivo que va más allá de la maximización de su PIB o renta per cápita. Evidentemente, mayores niveles de producción suelen implicar mayores niveles de empleo y renta, y una mayor capacidad adquisitiva de los ciudadanos otorga mayor capacidad de consumo. Sin embargo, las cada vez más elocuentes consecuencias negativas derivadas de la construcción de una sociedad crecientemente consumista, concentradora, irrespetuosa del medio ambiente y que al mismo tiempo convive con la exclusión social, están empañando el actual modelo económico.
En Barcelona con el equipo de IALE que hace Inteligencia Competitiva  y que nos diseñaron una plataforma tecnológica para realizar Vigilancia  Estratégica en nuestra región del Maule, específicamente en la Universidad de Talca.   

Esta circunstancia abre un nuevo espacio que exhorta a reflexionar sobre nuevos indicadores de bienestar, huyendo de la métrica tradicionalmente basada en la maximización del PIB y en la generación de riqueza pecuniaria. ¿Se desea una sociedad económicamente más pudiente?, ¿una sociedad más feliz?, ¿una sociedad que piensa únicamente en el presente o también en las futuras generaciones?, ¿cómo integramos a los excluidos sociales y laborales?, ¿en qué medida la métrica tradicional oculta y desplaza al futuro costos que no nos está siendo posible gestionar en el presente? Resulta fundamental entonces generar mecanismos que busquen la respuesta a estas interrogantes intentando compatibilizar la búsqueda de diferentes objetivos.

En definitiva, la capacidad competitiva no se improvisa ni es fruto de la inercia o la rutina. Hay que desarrollarla específica y sistémicamente, midiéndola regular y rigurosamente, actualizándola; priorizando factores e indicadores, identificando a los competidores reales; elaborando políticas públicas sub nacionales; tomando decisiones.

Usualmente, y con la a veces limitada información disponible, suele compararse a las regiones con el promedio país. Ello puede dar una visión general de la posición relativa de la región. Sin embargo, si de lo que se trata es de aprender de otros, habría que fijarse en las regiones que presentan características similares a la del Maule en cuanto a los elementos fundamentales y en la especialización económica que, dentro de los determinantes de competitividad, son los que tienden a cambiar más lentamente.

Ello es posible hacerlo, y existen modelos aplicados cómo lo es el trabajado en la red de Harvard para la competitividad, con instancias pertinentes que asumen la recopilación, presentación y análisis de datos sobre la competitividad de un número considerable de regiones competidoras. Esta información luego se integra para proporcionar una herramienta interactiva de benchmarking para las regiones estudiadas. Luego, esta herramienta y los informes de análisis contribuyen a un mejor entendimiento entre responsables de la elaboración de políticas y académicos sobre los vínculos entre el entorno de competitividad de una región, el desarrollo de clústeres, y los indicadores claves de desempeño regional.

Sin duda podemos hacerlo.

*MBA. Universidad de Talca