martes, 27 de septiembre de 2011

Observatorio de Competitividad

Observatorio de Competitividad

*Jorge Navarrete Bustamante

Hace unos días el Consejo Regional del Maule (CORE) aprobó 300 millones de pesos para implementar en los próximos dos años un Observatorio de Competitividad en nuestra región.

Ello es fruto de un planificado trabajo realizado por el Centro de Competitividad (CCMaule) desde hace un año y medio con el Gobierno Regional (GORE - DDR), CORFO y especialmente con los Consejeros Regionales Mario Fuenzalida, Raúl Palacios y Guillermo Martinez, aunque también todos los miembros de dicha entidad corporativa han hecho un aporte substancial a la optimización del proyecto, al igual que el Seremi de Economía.

Por cierto, es mérito además de un joven equipo de profesionales de la Universidad de Talca que con eficiencia y compromiso han ido desarrollando competencias y capacidades plasmadas en productos que los agentes económicos, autoridades y la ciudadanía maulina en general, puede conocer en el sitio web http://www.centrodecompetitividaddelmaule.cl/

En dicho sitio pueden ver asimismo la estructura, redes nacionales e internacionales, e información de significativo valor estratégico, tanto del CCMaule, como de otras entidades ocupadas en desarrollar competitividad sistémica y de cadenas.

A partir de los próximos días podrán acceder además a la plataforma tecnológica, base del Observatorio que contiene un enfoque de territorial y desarrolla Inteligencia Competitiva. En efecto, el objetivo general del Observatorio es “Proveer información inteligente con alto valor agregado y desagregado territorialmente sobre competitividad, desarrollo económico-social y gobernanza en el marco de la definición de la OECD”

Ello trasunta analizar la competencia nacional e internacional que tienen las cadenas productivas maulinas, sus innovaciones, patentes, políticas públicas, buenas prácticas, entre otros vectores de incremento de la productividad. Tal información luego es transferida a las empresas y autoridades para la toma de decisiones.

Pero también el Observatorio se enfocará en la competitividad sistémica regional identificando y dimensionando la inversión privada en la región; proponiendo nuevos negocios (especies, variedades, sectores y subsectores) posibles a impulsar y desarrollar en la región; optimizando la medición de competitividad entre comunas (especialmente las del secano), recomendando a nivel de perfil políticas públicas pertinentes con nuestra región.

Ello no existe en otra región de Chile. Y para ello se trabajará con otros Centro o Institutos de la RED de Harvard con quienes ya se ha trabajado en algunos proyectos de interés regional.

Naturalmente, se realizarán también Seminarios Internacionales, publicaciones y misiones coherentes con el enfoque competitivo del Observatorio que no es otro que el mismo adoptado por nuestro país a nivel de Estado, el de la OECD y, en innovación, que el del Manual de Oslo.

El Centro de Competitividad de Maule se consolida con el Observatorio y tiene el deber de demostrar ser un medio útil para el desarrollo competitivo regional y de sus encadenamientos productivos, con la perspectiva de mejorar el nivel de vida del ya millón de habitantes en el Maule.

MBA. Universidad de Talca.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Coyuntura.

Coyuntura.

*Jorge Navarrete Bustamante

Termino el 18. Por unos días todos fuimos más o menos iguales en que, como dice Serrat: “Cada uno se olvidó que es cada cual”.

Sí, retornan las contingencias eclipsadas antes por una catástrofe en el mar, y luego por las fiestas de la Independencia.

Así, retornan las movilizaciones sociales por la educación anhelada; la Concertación en busca de la unidad debilitada, la Alianza por una rivalidad interna regulada, y el gobierno por una aprobación esquiva.

El último trimestre del año será en ebullición si no prima una sensata convivencia democrática, madurez política, el Bien País.

Es que si las estrategias de desgaste del movimiento estudiantil versus dialogo social verdadero prevalecen será una victoria semejante a la del general griego, Pirro, es decir, el desgaste y mayor responsabilidad inherente a todo gobierno a la larga le impedirá a éste un próximo triunfo sostenible.

Por otro lado, si la Concertación no supera con madurez y elevada perspectiva política sus contradictorias visiones internas del presente y futuro de la coalición y de Chile, la fractura será de tal envergadura que la ciudadanía no irá a las urnas en los próximos comicios a darles el voto, condenándolos a alejarse de la primera magistratura de la nación por un nuevo período.

La alianza, por su parte, no anda mejor. Con una oposición tan mala en expresión como desorientada en contenidos (salvo excepciones como la del post natal), era para que la derecha reinara y creciera sin contrapeso. Empero, las visiones integristas de unos y ambiciones de control total de todos evidentemente les erosiona y hace perder gravitación. Ello se ejemplifica en el forzado desequilibrio en el cambio de gabinete nacional y en los cambios internos de domicilio políticos de reconocidos actores de la Alianza, especialmente en el nivel local.

Todo ello, redunda en que ninguna –tanto la Concertación como la Alianza- tenga significativa adhesión en todos los sondeos de opinión pública en los que se les quiera medir; ello ya no es “una foto”, es “una película”, dada la recurrencia en el tiempo.

Asimismo, el gobierno que es quién controla y administra las instituciones del Estado, o sea, posee la conducción política general o ejercicio del poder en el país, no logra convencer ni posicionarse con todo a su favor: economía inmejorable; oposición impresentable; Iglesia Católica incondicional, y medios de comunicación casi funcionales; entre otros vectores.

Al parecer la ciudadanía espera menos ideologismo del gobierno y más pragmatismo: que el tema educacional se asuma como integral y no instrumental; que comprenda que un pacto tributario no es un tema de lucha de clases sino de matemáticas; que el cambio del sistema binominal no es ya de temor a múltiples expresiones representativas sino de profundización de la democracia.

La gente espera un giro de verdad en todo el quehacer político y eso es ya más que un asunto de coyuntura.

Magister en Políticas Públicas. Universidad Adolfo Ibañez.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Independencia

Independencia

*Jorge Navarrete Bustamante.

Eran pocos los que creían de verdad en la Independencia de Chile ese 18 de septiembre de 1810, a pesar del despótico y venal Gobernador español García Carrasco,­ y del descontento creciente con el imperio en las últimas décadas del siglo XVIII.

En efecto, ni los hacendados, peones e inquilinos; tampoco los comerciantes y artesanos; mucho menos los españoles en Chile (miembros del ejército y de la burocracia colonial), ni la Iglesia Católica (de altísima influencia económica, social, política y cultural), abrigaban una sentida vocación emancipadora.

De otra manera, no pudiera concebirse que representantes de esos sectores –Fernando Marques de la Plata o el Obispo José Martínez de Aldunate, por señalar un par- aceptaran suscribir un acta como la de la Primera Junta Nacional de Gobierno, que en sus frases más elocuente, señalaba:

… “defender al reino hasta con la última gota de su sangre, conservarlo al señor don Fernando Séptimo y reconocer al Supremo Consejo de Regencia”... “junta instalada así en nombre del señor Don Fernando Séptimo, a quien estará siempre sujeta”. Acta del Cabildo de Santiago (18 de septiembre de 1810).

Fueron otros entonces los comprometidos con la Independencia de Chile. Fueron unos pocos y valientes intelectuales que habían internalizado las ideas racionalistas o ilustradas que hacían referencia a la República como mejor gobierno y adecuado marco de convivencia social. Ello encontró eco en dos significativas excepciones en la Iglesia Católica chilena, a nivel de fraile, como es el caso de Camilo Henríquez, y del sacerdote talquino José Ignacio Cienfuegos. La curia, en cambio, se mantuvo adicta a la monarquía hasta que la República se posesionó irreversiblemente, es decir, hasta cuando no tuvo más alternativa que parapetarse para mantener a toda costa los privilegios coloniales que aún le quedaban sobre su patrimonio e influencia sobre las familias de Chile.

Hubo también excepciones entre hacendados, como O´Higgins, que se había formado en la Logia de Caballeros Americanos (Inglaterra), y José Miguel Carrera que en sus viajes a Europa abrazó los ideales emancipadores. Con el tiempo se incorporaron más.

Sí, el próximo domingo celebramos el hecho que por vez primera los criollos (hijos de españoles nacidos en Chile) empezaran a regir nuestro territorio y a su gente -después de casi 300 años de colonialismo-, aunque fuera jurando lealtad al rey; aunque algunos inefablemente creyeran que la monarquía era aún de origen divino; aunque al fin y al cabo ellos, quizás la mayoría, no supiesen que daban el primer paso de nuestra Independencia.

Bailaremos cueca, pese a que en 1829 el Obispo Vicuña Larraín la declaró “danza del pecado”, y degustaremos empanadas que vienen de la época de los griegos y persas. Ambas ya están –al igual que la Independencia- en el corazón de Chile, y ya nada ni nadie nos las puede arrebatar.

¡¡Feliz 18!!

*Magister en Gerencia y Políticas Públicas. Universidad Adolfo Ibañez.

lunes, 5 de septiembre de 2011

21: La muerte

21: La muerte

*Jorge Navarrete Bustamante

¿Es tan malo morir? ¿Cuál es el sentido de la muerte? ¿Es el hombre una hoja traída y agitada por voluntad de superiores, o es un continuum natural de vida y muerte, frente al cual la voluntad humana no participa?

Pienso que uno empieza a pensar la vida cuando se da por muerto, pues es precisamente la certeza de la muerte la que hace la vida -mi vida-, única e irrepetible. Es precisamente la consciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto serio, y algo misterioso; una especie de prodigio precioso por el que debemos luchar.

La certidumbre personal de la muerte nos HUMANIZA, es decir, nos convierte en verdaderos humanos, en MORTALES (entre los griegos "humano" y "mortal" se decía con la misma palabra). Así las plantas y los animales no son mortales porque no saben que TIENEN que morir. No es mortal quien muere, sino quien está seguro de que va a morir.

La muerte es lo más individualizador y a la vez lo más igualitario; nadie puede morir por otro, pero todos moriremos. Lo mismo que al nacer traemos al mundo lo que nunca antes había sido, al morir nos llevamos lo que nunca volverá a ser.

Creemos saber, más o menos, lo que es morirse, pero no lo que es morirme.

Al decir de los sabios, día a día algo nuestro muere, pero nunca estamos muertos; a fin de cuentas, durante mucho tiempo NO fuimos y eso no nos hizo sufrir en modo alguno. Tras la muerte iremos al mismo sitio o ausencia de todo sitio donde estuvimos (¿o no estuvimos?) antes de nacer. Ni antes nos dolió no estar ni es razonable suponer que luego nos dolerá nuestra definitiva ausencia.

Tan grande como el asombro de la muerte, es la maravillosa circunstancia de haber nacido; de hecho estos dos misterios son los extremos de las alas del tiempo en que transcurre nuestra vida. Si la muerte es no ser, ya la hemos vencido una vez: el día en que nacimos. Nosotros somos mortales pero de la muerte eterna ya nos hemos escapado. A esa muerte enorme le hemos robado un cierto tiempo, y ese tiempo, pase lo que pase, siempre será nuestro.

Así las cosas, la muerte nos demuestra nuestra temporalidad, y por ello nuestra existencia alcanza su valor total cuando se le aprecia en su limitación temporal. La vida realza su significado con la muerte, ésta nos hace valorar la vida, nos enseña el Arte de Vivir.

Podemos decir entonces que la muerte es nuestra inexorable compañera desde que somos concebidos. La muerte es como hermana gemela univitelina, esa que cuando llega el fin, con su compañía, logra en nosotros la "integración de opuestos", la unidad del ser y el estar.

Así, somos deudores de lo efímero, porque en el morir se esconde lo que somos. Somos también hijos del tiempo pero la defunción es nuestra, el acto de morir nos pertenece.

En definitiva, pensar acerca de la muerte deviene inevitablemente en una reflexión sobre la vida. Y quién ha vivido como un ser humano de Bien, jamás debe temerla, tal como lo hicieron los 21 que partieron en su último viaje.

MBA. Universidad de Talca.