martes, 10 de mayo de 2011

Algo de Economía y futuro

Algo de Economía y futuro

*Jorge Navarrete Bustamante

Los especialistas incrementaron una vez más las proyecciones de crecimiento de nuestra economía chilena, en torno a un 6,3%, horizonte que se avizoró hace un par de años atrás tanto por el Banco Central como por el Ministerio de Hacienda de la época.

Evidentemente, ello no es producto de la inmediatez, la improvisación o el laissez faire, pues fue reconocida y galardonada la experticia del manejo de la economía nacional en la última crisis sub prime.

Pero hay más.

La economía mundial, en general –no necesariamente me refiero al caso de Grecia- transita por un periodo de cierta bonanza. Nótese que en China -por señalar uno país-, la segunda economía del mundo y primera en exportaciones, el volumen de comercio exterior alcanzó los US$ 299.950 millones el mes pasado, el 25,9% en relación al mismo periodo del 2010 y, sus exportaciones crecieron un 29,9%, hasta los US$ 155.690 millones.

Ello, entre otros múltiples factores, ha permitido proyectar que China, por ejemplo, logrará dentro de tres lustros la triplicación de su Producto Interno Bruto (PIB), transitando desde los actuales US$ 5,9 billones hasta US$ 17,7 billones, según un informe de la consultora Boston Consulting Group (BCG)

El motor de este crecimiento, señala dicha consultora, sería la inversión en innovación del modelo económico, la profesionalización de los trabajadores y un mayor valor añadido en sus manufacturas.

Tales inversiones supondrán un 62% del PIB chino en 2030, y el resto provendrá de inversiones en carreteras, ferrocarriles y equipos de producción y servicios, según el documento.

En la misma dirección, el XII Plan Quinquenal 2011-2015, presentado en marzo recién pasado durante el plenario anual del legislativo, también enfatiza un cambio de estructura económico que muchos economistas han calificado como un reto para el país asiático, ya que será difícil aumentar los servicios y el consumo al carecer de un adecuado sistema de seguridad social y pensiones.

De vuelta a Chile, desde hace varios lustros –más allá de las volatilidades del tipo de cambio, turbulencia y crisis cíclicas- se pondera estructuralmente nuestra economía como suficientemente sólida y dinámica para alcanzar las metas de evolutivas que nos sitúen antes de dos lustros en el concierto de la naciones desarrolladas del mundo.

Obviamente, debemos también innovar nuestra estructura económica (más en nuestra dinámica microeconómica), en capital humano, y desarrollar mejor ciencia y tecnología. Ello podría potenciar un proceso de exportación de segunda generación –motor de nuestra economía hoy día- y distribuir mejor los recursos de país, ámbito este último tan soslayado. De lo contrario, cómo insinúo un insigne estadista hace unos días: si no avanzamos en esta última tarea, “Chile será desarrollado con un alto per cápita, pero con una distribución similar a la del Congo”.

Así de claro.

MBA. Universidad de Talca.

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