miércoles, 15 de diciembre de 2010

Desigualdad

Desigualdad

*Jorge Navarrete Bustamante

América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo y esta característica constituye un obstáculo mayor para reducir la pobreza, avanzar en el desarrollo humano, y para ampliar las libertades y opciones de las personas.

El Informe Regional sobre Desarrollo Humano, que vio la luz pública en el mes pasado, propone una nueva forma de entender y abordar el estado actual de la desigualdad en desarrollo humano en los países de América Latina y el Caribe.

Así, para el PNUD, la igualdad importa en el espacio de las libertades efectivas; es decir en términos de la ampliación para todos de las opciones de vida realmente disponibles para que puedan elegir con autonomía. Importan las oportunidades y el acceso a bienes y servicios, pero también el proceso mediante el cual los individuos son sujetos activos de su propio desarrollo, incidiendo responsablemente sobre sus vidas y su entorno inmediato.

Tal estudio, me permito recomendar su lectura, está disponible en el sitio web http://www.idhalc-actuarsobreelfuturo.org/site/informe.php, donde se propone un cuadro resumen como el que sigue:

El capítulo 1 enfatiza las dos contribuciones del enfoque de desarrollo humano a la discusión de la política pública: la multidimensionalidad como aspecto indispensable para entender el bienestar de las personas, y la relevancia de los procesos por los cuales se accede a la consecución de los objetivos individuales y colectivos

El capítulo 2 analiza los principales indicadores (ingreso, salud, educación) usados para estimar la desigualdad y mostrar su permanencia histórica. Este capítulo introduce también una novedosa medición del Índice de Desarrollo Humano (IDH) que permite calcular la relevancia que una sociedad determinada otorga a la desigualdad.

El capítulo 3 se centra en entender cuales son los mecanismos objetivos de transmisión de logros socioeconómicos, tales como salud, educación e ingreso, a nivel del hogar. Propone un enfoque que identifica cuáles son las restricciones que realmente están impidiendo mejoras en el bienestar de las personas.

De manera novedosa, el capítulo 4 propone una forma de analizar la importancia de factores como las aspiraciones y percepciones que se tiene en los hogares aún siendo importantes para la transmisión de logros socioeconómicos entre generaciones pasan sin ser analizados, al ser de más difícil observación en general.

El capítulo 5 muestra cómo una serie de factores sistémicos, como la baja calidad de la representación política, la debilidad institucional, la escasa participación ciudadana, o la corrupción y la captura del Estado, propician que la dinámica política refuerce, en vez de compensar, la reproducción de la desigualdad.

Finalmente, el capítulo 6 cierra el círculo desarrollando una propuesta de política pública, basada en los principios de alcance, profundidad y apropiación, para reducir la persistente desigualdad que, de generación en generación, se transmite en América Latina y el Caribe y, por cierto, también en el Maule.

MBA. Universidad de Talca.

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