¡Quo Vadis, Chile!
*Jorge Navarrete Bustamante
La siempre esperada encuesta CEP no será el último trago amargo que le espera a nuestras instituciones públicas y factuales –al sistema político económico en general- si no hay una atmósfera adecuada y instancia concreta de diálogo.
Es que Chile vive una situación nueva. Hay fuerte cuestionamiento a un poder político, económico y cultural que millones de chilenas y chilenos perciben ajeno porque no les protege.
Ya lo hemos dicho antes desde esta columna: la política importa.
Empero, tal vez quienes aún detentan algún poder, y desprecian la política, no tienen claro cuáles son los cambios que ésta requiere.
Hay que actuar más que verbalizar, a veces con velocidad, en otras colocando pilares sólidos para cambios estructurales cuyo impacto será de más largo aliento.
En efecto, lo primero es asignarle a la política y a las instituciones chilenas la legitimidad perdida. Leer bien las demandas para edificar respuestas pertinentes. Construir puentes. Dialogar sin descalificaciones y sobre ideologismos.
Ciertamente, se percibe tres problemáticas sustantivas y vinculantes:
1.- Terminar con el lucro en la educación. Que el Estado de Chile, a lo menos, no continúe dando dineros de todos los chilenos a establecimientos privados; y que garantice el acceso a la educación superior a todo joven chileno sólo de acuerdo a sus méritos, independiente de su condición económica, lo que requiere, según cálculos recientes, entre 1,5 a 2 por ciento del PGB de Chile; por lo tanto, para ser serios en su financiamiento hay que avanzar en una reforma tributaria, y explicitar la autoridad su postura cuanto antes;
2.- Establecer una reforma tributaria que recorte impuestos a las personas y los incremente a las grandes empresas, con el fin de financiar una educación pública gratuita de real calidad, hoy de las más onerosas del mundo; y cuyas respuestas no se perciben claras ni concretas;
3. Reformar la Constitución Política del Estado en pos de profundizar nuestra democracia, vía estableciendo Plebiscito –previa elaboración de las preguntas con representantes del Ejecutivo, Congreso y de las organizaciones sociales- para el pronunciamiento directo de la ciudadanía; y abolir el sistema binominal pues en la práctica ha perpetuado la designación de senadores y diputados debilitando con ello la legitimidad de sus respectivas representaciones;
Sobre esas tres problemáticas hay una evidente y constatada mayoría nacional. Lo mismo sobre la pésima distribución del ingreso de las que son sus lamentables consecuencias.
Sin embargo, “las conversaciones” parecen “bordear” tales exigencias ciudadanas… parecen evasivas o dilatorias… “coqueteando” con instituciones fácticas para una mediación pues la deliberada táctica de algunos – esa del “diálogo de “sordos”- es para externalizar el epicentro del conflicto.
Así, los anuncios de marchas, tomas y huelgas continúan quién sabe por cuánto tiempo
¿Cuánto tiempo debe esperar Chile para resolver una problemática estructural -que a ojos de la propia OECD- es imperioso institucionalmente solucionar de una buena vez?
Estamos cerca de “tocar fondo”.
¡Quo Vadis, Chile!
MBA. Universidad de Talca.
Jorge, gobierno del Presidente Frei, encuesta CEP en medio de la "crisis asiática", 28% de aprobación. Nadie de la actual oposición, ni de la oposición de entonces criticó al entonces mandatario, ni menos habló de ingobernabilidad. ¡qué distinto los tiempos!
ResponderEliminarNelson Escobar