miércoles, 18 de agosto de 2010

Innovación, productividad y competitividad

Innovación, productividad y competitividad

*Jorge Navarrete Bustamante

Desde hace algún tiempo, estos tres conceptos aparecen juntos constantemente y se han convertido, además, en prioridad para los últimos Gobiernos de nuestro país; máxime si tenemos en cuenta que los datos confirman la creciente pérdida de competitividad de nuestra economía en el concierto internacional.

Pareciera ser que esta baja de nuestra competitividad se debe, entre otros, a dos factores fundamentales: Por un lado, al desarrollo de un modelo basado en la competencia de costos y precios y, por otro, a la especialización en productos de escaso valor añadido.

Indudablemente, no basta con fabricar el mejor producto u ofrecer el mejor servicio. Es necesario diferenciarse. La banalización del producto es uno de los grandes males del tejido industrial, y la I+D+i es el camino para no caer en ella.

Sin embargo, si bien es cierto diversas compañías innovan, el porcentaje es lamentablemente muy bajo, absolutamente distante del país con menor inversión de la OECD, referente mundial al que acabamos de ingresar.

Obviamente, Chile ha dado un gran salto en los últimos años en lo que respecta a la inversión en I+D+i (salvo el 2008 que fue de un 0,4 del PIB) y, sobre todo, en cuanto a la concienciación general acerca de su capital importancia para el desarrollo del país y para la competitividad de su economía.

Pero, pese a este avance innegable, los especialistas coinciden en señalar que nuestra brecha tecnológica con respecto a la UE, y no digamos frente a EEUU y Japón, sigue siendo excesiva.

Nuestro gasto en I+D+i está incluso por debajo del de algunos países europeos emergentes como Eslovenia, Grecia o la República Checa.

Evidentemente, existe un déficit en capital tecnológico y humano, especialmente en lo que se refiere a la formación científico-técnica. Y, en materia de patentes, si bien el número de las registradas se ha incrementado en los últimos 10 años, no parece suficiente.

Parece claro, pues, lo que hay que hacer: intentar emular a los mejores, a lo menos, los de Europa.

Por ello, hace cinco días, el Centro de Competitividad del Maule invito a don Fernando Flores Labra, presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, oportunidad en participaron empresarios, investigadores y autoridades maulinas vinculadas a la dimensión de Fomento Productivo, y en que se resaltó la necesidad que nuestra región conjugue en la práctica esos tres conceptos, y nos adelantemos a los cambios que se avizoran.

Asimismo, hoy día jueves se está en un taller elaborando la Estrategia Regional de Ciencia y Tecnología. Sin embargo, el verdadero desafío radicará en generar la voluntad política de llevarla a cabo y en la capacidad de implementarla. De lo contrario, quedaremos marcando el paso, rezagados, y sin mayor valor agregado en los productos y servicios que los maulinos ofrecemos a Chile y el mundo.

MBA. Universidad de Talca.

2 comentarios:

  1. Para emular a los mejores quizás sea necesario revisar la gestión de talento. Ya que el talento es más que conocimiento, ya que implicaría unos resultados derivados del compromiso, la acción y las capacidades.
    El talento es la capacidad de una persona o grupo de personas comprometidas para obtener resultados superiores en un entorno y organización determinados.
    Lo que interesa a una organización es la creación y desarrollo del talento organizativo y eso es precisamente lo que se obtiene gestionando el talento, principalmente de dos formas:

    - Seleccionando a profesionales con capacidades, potencial de acción y compromiso acorde con lo que la organización necesita y puede gestionar. Es decir, a través de las políticas de captación.

    - Generando un entorno organizativo, que cree valor al profesional, y que le motive a aportar y a continuar en la empresa.
    Y esto se alcanza, básicamente, forzando su compromiso con la organización a través de las políticas de retención del talento.

    Un abrazo Jorge

    Diego Poblete Urrutia

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  2. Muchas gracias, apreciado Diego, veo que pese a lo algo árido de estas últimas columnas te sintonizas a la perfección en vectores esenciales.

    Un fuerte abrazo.

    Jorge

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