lunes, 25 de abril de 2011

Competitividad Sistémica Regional II

Competitividad Sistémica Regional II

*Jorge Navarrete Bustamante

La semana pasada, definimos Competitividad Sistémica como: “al patrón en el que el estado y los actores de la sociedad civil construyen de forma deliberada, las condiciones para un desarrollo industrial exitoso, teniendo como premisa la integración social, asumida no sólo como un conjunto de reformas económicas sino como un proyecto de transformación de la sociedad”.
Asimismo, nos referimos a los niveles micro, macro, meso y meta de dicha competitividad, especialmente la relacionada con el ámbito económico, y específicamente con la productividad.

Hoy, enfatizaremos que al mismo tiempo que la globalización incrementa los retos para las empresas nacionales, sus demandas a nivel local también se incrementan. En consecuencia, las mesopolíticas deben ser formuladas ahora a nivel regional y local, formulada por actores locales y adaptadas a las fortalezas y debilidades de su ambiente.

Es que la creación regional de ventajas competitivas dinámicas exige aplicar mesopolíticas específicas y selectivas. La selectividad va dirigida a tres niveles: clusters, empresas dentro de los clusters y las regiones en que éstos se desarrollan, en este caso en el Maule.

La creciente importancia que revisten los factores estructurales espaciales para la competitividad de las empresas hace necesario aplicar en plenitud las políticas descentralizadoras asignadas, entendidas éstas no sólo como una delegación de responsabilidades del gobierno central sino como el incremento de capacidades de control y gestión: organización de redes cooperativas, desarrollo de visiones estratégicas, políticas sociales focalizadas y políticas ambientales.

Ahora bien, un territorio adquiere carácter competitivo si puede afrontar la competencia del mercado y garantiza al mismo tiempo la viabilidad medioambiental, económica, social y cultural, aplicando lógicas de red y de articulación interterritorial.

Dicho en otros términos, la competitividad territorial supone: la toma en cuenta de los recursos del territorio en la búsqueda de coherencia global; la implicación de los agentes e instituciones; la integración de los sectores de actividad en una lógica de innovación; la cooperación de los otros territorios y la articulación con las políticas regionales, nacionales y con el contexto global.

Obviamente, la competitividad territorial complementa, en el análisis a nivel regional de la competitividad, al enfoque sistémico. Así, podríamos llegar a definir la Competitividad Regional como: “la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia internacional”

¡Esa es nuestra gran tarea colectiva”

MBA. Universidad de Talca.

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