Con Mikel Navarro Arancegui, PDh en Economía, recibiendo diploma que incorpora al suscrito a la RED de Harvard |
*Jorge Navarrete Bustamante
Coherente
con ello se fomentó cambios estructurales en las empresas
vascas y la atracción de nuevos proyectos de inversión para la región. El
gobierno previó la creación de un Instituto de Competitividad.
Asimismo, la política tecnológica mantuvo su fuerte
enfoque sobre el fomento de actividades de I+D con programas financieros
dedicados a las empresas, unidades de I+D de empresas y centros tecnológicos. Y,
simultáneamente, el gobierno creó una sola red de centros tecnológicos que
representaba el 13% del número y más del 34% del volumen de negocios de la red
española.
Ello
permitió que en 2001 el Presidente Ibarretxe impulsara la llamada “Segunda
transformación económica del País Vasco”, con la perspectiva de lanzar una nueva fase de desarrollo económico
de la región.
Como se aprecia no se trabajó en el
gobierno vasco en aspectos puntuales desligados unos de otros. Tampoco se
percibe improvisación ni voluntarismos. Hay un trabajo estratégico, una visión
compartida y, por lo mismo integradora. Se distingue un trabajo disciplinadamente
sistémico complementado con planes estructurante como el de energía, de desarrollo territorial (las
comarcas); o de internacionalización de Euzkadi.
Pero continuemos.
La llamada
“Segunda transformación económica del País Vasco”, ya en el siglo XXI, se
propuso encauzar a Euskadi hacia una transformación intensa en actividades del
conocimiento para toda la economía. Así, basada en los esfuerzos pasados, se
situó a la innovación como el principal conductor.
En efecto,
el gobierno vasco planteó tres nuevos planes: el Plan de Ciencia, Tecnología e
Innovación (2001 – 2005) que reforzaba la base científica; el Plan de Euskadi
que promovía bandas ancha y el uso de las TICs en todas las actividades de la
región; y la estrategia BioBasque (2002 – 2010), diseñada para el desarrollo de
la biotecnología, lo que le permitió ya
hacia el 2008 contar con más de 70 empresas y dar empleo a más de 3000
personas.
Simultáneamente,
se evaluó las estrategias que apoyaban a los clusters; se instaló una Junta directiva
para cada uno de estos; se les exigió a cada clusters un plan estratégico a
tres años para obtener financiamiento; se crearon nuevos comité de inter–clusters
sobre tecnología, calidad e internacionalización que reforzaron la capacidad innovadora
y la posición competitiva de sus asociados.
El gobierno vasco impulso el Plan
de Competitividad Empresarial e Innovación Social (2006-2009), previo Foro de
Competitividad Euskadi 2015, en el cual se establecieron tres objetivos estratégicos
y diversos planes operativos.
Se iniciaba así una nueva etapa de desarrollo competitivo.
Se iniciaba así una nueva etapa de desarrollo competitivo.
CONTINUARÁ.
*MBA. Universidad de Talca.
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