miércoles, 1 de agosto de 2012

Maule: Capital Social




*Jorge Navarrete Bustamante

El desarrollo del capital social y de la gobernabilidad son el soporte fundamental de una buena gobernanza para la competitividad regional y el bienestar social.

Con lo senadores Andrés Zaldívar Larraín y Juan Antonio Coloma

En efecto, si entendemos que la gobernanza establece que una sociedad regional no es regida únicamente por el gobierno, sino que éste es parte de una red compleja de interacciones entre instituciones y grupos; es decir, que se desarrolla en un sistema de relaciones políticas y socioeconómicas en que el gobierno es sólo una parte –la más visible- de esa compleja red de interacciones, comprenderemos que es la distribución compensada del poder político y socioeconómico lo que hace la diferencia entre una buena gobernanza y otra que tiene problemas.


Asimismo, si internalizamos que la gobernabilidad, etimológicamente hablando, dice relación con la habilidad de gobernar; o sea, por la capacidad de un gobierno legítimo de procesar y aplicar institucionalmente decisiones políticas o, lo que es similar, que es el gobierno eficaz de las instituciones políticas en la resolución de conflictos, comprenderemos que una gobernabilidad de calidad hace la diferencia entre una región con perspectivas y otra estancada o involutiva.

Ambas, gobernanza y gobernabilidad, son consubstanciales. Ergo, NO habrá una buena gobernanza sino existe una gobernabilidad  de calidad superior (instituciones políticas legítimas con decisiones positivamente eficaces)

Empero, ello es una condición necesaria pero no suficiente pues el capital social es un factor interviniente de vital relevancia en una buena gobernanza.

En efecto, si entendemos por capital social “la capacidad de acción colectiva que construyen las personas sobre la base de la confianza social, normas de reciprocidad y compromiso cívico” (Putman), es decir, que contiene la sumatoria de recursos morales, de confianza y de mecanismos culturales que refuerzan a los grupos sociales, asignándole especial referencia también al rol de prevenir y sancionar socialmente los procesos políticos, económicos y ambientales, entre otros, comprenderemos que si en una región el capital social es débil su gobernanza será frágil.

Analizando la región de Maule con senadores, empresarios y universidades

¿Cómo percibe usted el capital social y la gobernanza en nuestra región?

Cualquiera sea su respuesta, coincidiremos que nuestro capital social maulino es a lo menos insuficiente y es necesario, por tanto, apoyarlo con políticas públicas o programas regionales para construir confianzas, desarrollar masa crítica, densificar y ampliar redes, fortalecer liderazgos emergentes, trabajar en equipo, creando espacios de diálogos, educando para un objetivo y efectivo control social.

La Junta de Adelanto del Maule, por ejemplo, es una institución que esencialmente trabaja y se desarrolla en ese ámbito. En efecto, se ha reunido ya en el últimos mes con los diputado Lorenzini y Verdugo, y con senadores Zaldívar y Coloma; y pronto lo hará con los otros parlamentarios, con el propósito de analizar y proyectar iniciativas estratégicas de desarrollo regional, y también hacer control social.

En definitiva, el capital social realmente también importa.

MBA. Universidad de Talca.

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