martes, 7 de febrero de 2012

Buen crecimiento, pero...

Buen crecimiento, pero...

*Jorge Navarrete Bustamante

El país creció en 2011 un 6,3%, algo que se había anunciado a fines de 2009 e inicios de 2010 por la cartera de hacienda y el Banco Central, en virtud del aplaudido – a escala planetaria- manejo macroeconómico en nuestro país respecto a la crisis subprime.

Por cierto, también tiene mérito la actual administración que substancialmente preserva la política fiscal, monetaria y cambiara de estado, así como los programas sociales y su proyección.

E influyó, además, por la baja base de comparación en que el crecimiento en 2010 fue menor debido al sismo del 27 de febrero. Ello se puede apreciar -explica el informe- que las industrias más afectadas por el terremoto mostraron un incremento promedio del 15,3 %, mientras aquellas que sufrieron daños más superficiales crecieron sólo un 2,7 % promedio.

Cierto, pero el país igual crece suficientemente, lo que le permite aseverar al actual Ministro de Economía que no existe excusa para elaborar y aplicar una sólida reforma tributaria que mayoritariamente los más diversos sectores del país –incluyendo referentes empresariales- la demandan para horizontalizar la calidad de la educación, disminuir la desigual distribución del ingreso, y alcanzar una genuina paz social.

Ahora, ¿Debemos estar tranquilos con respecto a la actual crisis europea, que para ellos es la prolongación de la subprime?

Simplemente, No.

Estamos mejor preparados que el viejo mundo para enfrentarla pero igual sentiremos el impacto porque la demanda europea disminuirá. Ello podremos soportarlo gracias a la compra de nuestros productos provenientes de países asiáticos y de Norte y Sudamérica, entre otros factores como la atracción de inversiones.

De manera que hay que estar atentos –una vez más- a lo que ocurre en EEUU, Canadá, China e India y, en Europa, al quehacer de Gran Bretaña, Alemania y Francia, preferentemente.

Asimismo, hay que restringir nuestros costos, ahorrar más, y ponderar con prolija objetividad las inversiones.

De manera que no caben exitismo ni fatalismos. Es el momento de realismos sobre una acontecer concreto en que debemos demostrar más que antes cautela y confianza; eficiencia y responsabilidad, si de verdad aspiramos alcanzar el crecimiento y desarrollo deseado.

MBA. Universidad de Talca.

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