*Jorge
Navarrete Bustamante
La semana pasada nos referimos en esta columna a la misión de destacados actores regionales a Euzkadi o País Vasco con el propósito de
estrechar vínculos con la RED de Harvard, realizar benchmarking, y en definitiva estudiar en aula y en terreno el Modelo Vasco de Desarrollo Competitivo.
Ello se cumplió a cabalidad pues no sólo se pudo interactuar y construir redes con tomadores de decisiones vascos de los ámbitos de gobierno, empresas y universidades (como la Deusto) sino que se incorporaron a la Red de Harvard dos Consejeros Regionales del Maule (CORE), el gerente de la Corporación de Desarrollo Productivo, y profesionales y directivos del Centro de Competitividad del Maule.
La experiencia acumulada empezó a ser escuchada incrementalmente
en nuestra región, por amigos empresarios y del sector público que no pudieron
esta vez asistir. Es decir, lentamente se ha empezado a recorrer un camino que si
de verdad se asume con voluntad sistémica y estratégica puede significar un
giro positivo en materia de desarrollo competitivo.
En efecto, quizás uno de los aspectos fundamentales del Modelo
Vasco radica no sólo una identidad distintiva o acendrado sentido de
pertenencia que lleva siglos en consolidación -consubstancial a un reconocido
sentimiento y efectiva autonomía-, sino
al sistemático trabajo estratégico que primero delibera, construye y luego implementa
territorialmente con una misión de posicionamiento competitivo a nivel mundial,
y con una realista visión de bienestar para su poco más de dos millones de
habitantes.
Ello lo han logrado con creces; sobreponiéndose esforzadamente
al impacto de la guerra Civil Española (donde fueron duramente enclaustrados y reprimidos,
en que Guernica no es más que un cruento y doloroso botón de muestra), sino que
sobre todo con inteligencia y coraje dan un “salto cualitativo” una vez
terminada la dictadura de Francisco Franco.
Efectivamente, hoy tienen un ingreso per cápita superior al
promedio de Europa, una distribución de ingreso notable, y una calidad de vida
excepcional.
Y lo lograron porque a inicios de los ´80 formaron gobiernos
con equipos de reconocida experiencia empresarial y académica, pero a la vez
con considerables habilidades políticas. Es decir, no entraron a la
administración pública a aprender, sino que derechamente a gobernar. Así, a poco
andar negociaron transferencias de competencias desde el centro político a
Euzkadi, especialmente en los ámbitos de infraestructura, fomento productivo,
educación y salud.
Simultáneamente, el presidente Garaikoetxea trazó políticas
responsables para recuperar la confianza de la ciudadanía en el quehacer público
frente a situaciones críticas o de alta insatisfacción; un fuerte programa de
internacionalización económica y científica, y una resuelta reconversión productiva
para lo cual se creó y fortaleció la “Sociedad para la Promoción y
Reestructuración de la Industria”(SPRI. 1981), y se definió una solida política
tecnológica.
Continuará
MBA. Universidad de Talca.
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