miércoles, 17 de octubre de 2012

Maule: Territorio y Competitividad




*Jorge Navarrete Bustamante

Las políticas sectoriales no son neutras ante la desigualdad territorial. Son más bien, “espacialmente ciegas”, que no ven, ni internalizan, ni menos corrigen o compensan, los impactos diferenciales en distintos territorios.

Las comunas del secano interior de la región del Maule (en color café que incluye también al secano costero en el presente mapa) son las que presentan menor desarrollo, requiriendo de políticas públicas y programas específicos


Y es así porque una misma política o programa puede ser extraordinariamente pertinente para una región o territorio, indiferente para otra, y para una tercera tener un efecto adverso.

Ello es una cuestión para nada banal.

Es que recurrentemente en nuestro país el centralismo ha diseñado políticas con propósitos sectoriales, que pueden tener resultados agregados positivos, pero cuando éstos se analizan de manera desagregada ocultan importantes desigualdades.

Las razones que explican las brechas territoriales que no logran ser eliminadas por estas iniciativas, son distintas. En muchos casos, éstas son anteriores al diseño y la implementación de las políticas y tienen que ver, precisamente, con el tipo de diferencias territoriales que, a la larga, las mismas políticas contribuyen a perpetuar por no ser consideradas al momento del diseño de las intervenciones.

Grave asunto.

Y en regiones, como la nuestra, ello es aún mayor pues el territorio genera efectos diferenciales, particularmente en los habitantes de zonas rurales.

Cierto es que ello lo hemos revertido progresivamente, aprendiendo de la experiencia que nos indica que las políticas deben dejar espacios de flexibilidad para que los actores locales puedan responder con pertinencia a las características de las comunidades específicas, y su a entorno social, económico y cultural.

Ello es particularmente evidente en la educación -por ejemplo- donde los desafíos de la enseñanza rural en Chile y el Maule son poco estudiados, y en donde la inexistencia de un modelo de gestión territorial de la educación provoca brechas notables.

Obviamente, inciden también diversos factores como las capacidades diferenciadas de gestión;  la voluntad política del jefe comunal para incidir en la gestión de recursos y proyectos; y las redes de apoyo y colaboración tanto en el ámbito interno como externo.

Otro tipo de factores importantes considera: variables demográficas locales; la estructura y dinámica productiva; movimientos poblacionales tales como migraciones campo-ciudad para localidades más rurales; las posibilidades de conectividad y accesibilidad; y la oferta en mano de obra calificada, educacional, de servicios fundamentales y hasta recreativos, que existan en dicho territorio.
De manera que el territorio importa; y mucho, pues la forma en que se presente este tipo de factores puede tener una incidencia negativa en el desarrollo competitivo de una región, de una provincia, de una comuna o de un conjunto de comunas.

Tener entonces una pertinente territorialización -en una región rural como la nuestra-, para en función de ello diseñar políticas públicas sub nacionales, es otro desafío imperioso de asumir.

MBA. Universidad de Talca.

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