Hobsbawm
*Jorge Navarrete Bustamante
Hace un par de meses, en el Centro
de Competitividad del Maule, de la Universidad de Talca, intentamos construir un trazado básico de la historia económica social de nuestra
región de Maule.
No había un solo insumo específico.
Perdón, había uno, el de mi amigo e historiador argentino, Pablo Lacoste, que mientras estuvo acá en nuestra
universidad regional, pública y laica, investigo sobre la historia de la
vitivinicultura maulina en los siglos XVII y XVIII.
Es que más allá de esforzados y
casi “heroicos” estudios puntuales, que suelen aprobar en el FONDART, nuestra
región está en deuda con la investigación histórica.
Y la historia es sencillamente
fundamental en el desarrollo de los pueblos. Nótese que al estudiar hace algún
tiempo el Caso País Vasco, el actual referente mundial en competitividad
Michael Porter (PhD en Economía de Harvard), inicia tal publicación científica
con una sólida síntesis de la historia económica social de Euskadi.
Es que la historia importa, y
mucho. Tanto, que cuando un ministro de educación (formado en Chicago) quiso
eliminarla de los programas de estudios desde el Ministerio de Hacienda un
Premio Nobel de Economía (formado en Harvard), le convenció empíricamente que
no cometiera tamaño error.
Es tanto lo que importa la
investigación histórica que el lunes recién pasado en los principales periódicos
del mundo se lamento la muerte del prestigiado e influyente historiador británico
Eric Hobsbawm, hijo de padres judíos que se refugiaron a tiempo del genocida
régimen nazi; miembro de la Academia Británica, docente de las Universidades de
Londres, Cambridge y Stanford; profesor Honoris Causa de relevantes academias.
Como dijo el reciente Premio
Nacional de Historia de Chile (2012), Jorge Pinto: “Hobsbawm, ayudó a
comprender mejor la humanidad”.
Y es así porque en las verdaderas universidades
es un historiador muy estudiado, precisamente debido a que en sus obras analiza
con rigurosidad el origen y desarrollo del capitalismo desde una refinada perspectiva
y elocuente crítica, vinculando la Revolución Francesa y la Revolución
Industrial en su impacto; en la génesis del contemporáneo estado nación, y en
la vida cotidiana de las familias del siglo XX. Así, se le reconoce la re vigorización
y vigencia del materialismo histórico como herramienta de análisis de las
sociedades actuales y futura.
En efecto, en sus más recientes obras
“Guerra y Paz en el siglo XXI” (2007), y “Como Cambiar el Mundo” (2011), nos
adelanta las grandes contradicciones económicas, sociales y políticas actuales,
y también las del siglo XXI, sin pretender más –dice el mismo Hobsbawm - que
alertarnos a reflexionar y actuar sobre nuestro futuro posible.
Ha partido físicamente un
historiador lúcido, sensible y brillante que nos ha entregado referencias y enriquecido
un método para saber donde precisamente estamos como sociedad contemporánea.
Disciplina que debemos imperiosamente
fomentar y practicar indeleblemente en nuestra región del Maule, y en nuestra patria.
MBA. Universidad de Talca.
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