martes, 30 de octubre de 2012

Municipales: Mujeres maravillosas


*Jorge Navarrete Bustamante

Terminaron las elecciones edilicias. Ello es de interés público insoslayable, por lo que escribo la presente comuna como simple ciudadano.

En primer lugar corresponde felicitar a quién triunfo en forma aplastante en la ciudad en que vivo y convivo, Talca. Le deseo al alcalde J. Castro y concejales electos, mi más sinceros parabienes de éxito en su gestión.

En segundo término, amerita reconocer que a nivel regional la Concertación y aliados tienen más municipios y más votos con respecto a los comicios de 2008, recobrando su posicionamiento como alternativa real de poder.

En tercer lugar, más allá de analizar la altísima abstención nacional que trasunta una evidente debilidad de nuestra república, el gobierno ha sentido el fuerte impacto del rechazo y reconocido la derrota: perdió a nivel nacional 600 mil votos, lo que trasunta la entrega a la Concertación de 10 comunas fundamentales, entre ellas la de la Capital de Chile; además del debilitamiento –sino desplome- del candidato presidencial de la ultraderecha de la alianza, enalteciéndose como un serio presidenciable por su reconocido espíritu republicano, Andres Allamand.  

De manera que lo que el suscrito aseveró hace más de un año en estas mismas páginas –que de no descodificar el gobierno las transformaciones sociales y culturales que experimentaba nuestro país en pos de enmendar rumbos-, se está cumpliendo: El actual gobierno se aproxima a constituirse en una mera pausa entre gobiernos de la Concertación.

Y ha sido así porque esencialmente valientes y maravillosas mujeres lideraron la victoria en tres municipios emblemáticos del país: Carolina Toha, hija del Ministro José Tohá, asesinado por la dictadura de Pinochet; Maya Fernandez A., nieta del Presidente Salvador Allende; y Josefa Errázuriz dirigente social que doblegó al ex agente de la terrorífica DINA, el coronel Labbé.

Los tres vencidos obedecen a tres perfiles similares de la derecha chilena pero de distintas generaciones y formas, que se expresaron -por ejemplo-, en la diferente manera de asumir la derrota: desde el modo genuinamente republicano (como lo fue Zalaquett); pasando por el matiz de Sabat (donde de nada le sirvieron las “cadenas de oración” de sus partidarios); para terminar con la autoritaria, descortés y vergonzante actitud de Labbé.

Indudablemente, todo ello no hace más que facilitar aún más, sino consolidar, la opción de que otra mujer extraordinaria, Michelle Bachelet Jeria, recupere esta vez La Moneda. Ello inclusive pudiera ser en primera vuelta, si es que Ominami participara en las primarias de la oposición, y no persistiera en hacerlo en las primarias generales enfrentando a Allamand u otro, y a la propia Michelle Bachelet. Esto sólo postergaría un resultado inminente.

De manera que la tarea fundamental del actual gobierno es comprender lo ocurrido y efectuar severos cambios. Y el desafío esencial de la Concertación es la Unidad Verdadera, en torno a una sola candidata y a un solo programa que contenga los cambios y transformaciones que ciudadanía chilena desde ya tiempo demanda.    

¡Qué lección nos dan a los hombres estas mujeres maravillosas!

*Magister en Gerencia y Políticas Públicas. Universidad Adolfo Ibañez.

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