miércoles, 15 de mayo de 2013

Aniversario


Aniversario

*Jorge Navarrete Bustamante

Empecé en Diario El Centro hace precisamente 24 años. Cuando se emplazaba allá en calle 04 sur con tres oriente… Debíamos en esa época ir a escribir en sus oficinas las columnas, las cuales eran luego trascritas al “sistema” por veloces digitalizadoras para luego un dilecto profesor de castellano las revisara cuidadosamente y no incurrir en errores ortográficos.

Eran tiempo muy bonitos pues nos encontrábamos los columnistas, director, periodistas, administrativos y hasta con el propietario del matutino, César Aldana N., que siempre estaba optimista y bromeaba con nosotros a pesar que la competencia no era nada fácil con “La Mañana” y se estaba innovando en una sociedad inmensamente tradicionalista.

 A veces llegaban don Julio Aldana y la señora Eliana Norambuena con su notable sencillez a conversar con nosotros, quienes les admirábamos pues desde fines de los ´70 habían emprendido un negocio complejo como eran y son, las imprentas. Ellos leían nuestras columnas y nos decían amistosamente que no cambiáramos nuestro decir y pensar, a pesar que eran tiempos difíciles y a autoridades de la época no les gustaba lo que algunos escribíamos.

Si “El Centro” tuvo una vocación desde sus inicios, fue el respeto a la diversidad, la tolerancia y difundir la verdad aunque doliera. En ello César fue, al igual que sus padres, implacable. La independencia del diario ha sido a partir de ellos, a toda prueba. Y me consta porque no pocas veces estuve presente en llamadas de autoridades o poderes fácticos que exigían cambios de titulares, “matizar” y/o amenazar con no financiar inserciones en sus páginas. Ello era en vano, y los directores lo sabían demostrando al día siguiente que “El Centro” no era intimidable. 

Eran los tiempos en que los poderosos llegaban a “El Centro” y conversaban horas con un director imperturbable. Ello lo veíamos pues su oficina tenía una gran ventana donde percibíamos los gestos de ellos mientras nosotros, los columnistas, trazábamos nuestro artículo en maquinas de escribir con engranajes de plástico que recién había comprado César en un gran número para facilitar la labor.

Varios columnistas fuimos muy conocidos por nuestras columnas tan distintas. Nuestras fotos permitieron que en la calle la gente nos hiciera saber su parecer sobre lo escrito. Mi recuerdo a la señora Eliana Cantarero que escribía sobre las ideas neoliberales y de la democracia protegida; salíamos los días domingos y a pesar de pensar distinto construimos una amistad cívica indeleble gracias a “El Centro”.

César arriesgó mucho luego, y la señora Eliana le respaldó, invirtiendo en las tecnologías más modernas del país; el edificio nuevo en avenida Lircay ha sido un regalo para la ciudad; el preservar la libertad con respecto a las cadenas nacionales, es un gesto de coraje de la mejor estirpe.

Ya casi llegamos al cuarto de siglo, y el diario en este lejano rincón del mundo continúa vigente granjeándose por todo ello el corazón de los maulinos.  

MBA. Universidad de Talca.

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