*Jorge Navarrete Bustamante
Puede que no existan dos Logia
Masónicas más parecidas que Luz y Perseverancia -en el bello Curicó- y Voltaire 18 de Talca. Ambos, son Talleres
que desde hace ya casi un centenario lideran, construyen redes fraternales, se
consubstancian con su entorno inmediato y trazan perspectivas republicanas
genuinamente progresistas.
Luz y Perseverancia celebra mañana
100 años de vida.
Por sus columnas han pasado hombres
de bien: docentes, artistas, empresarios, médicos, abogados, ingenieros, destacados
servidores públicos.
En
"Breve Historia de la Respetable Logia Luz y Perseverancia Nº 43", el Hermano Arsenio Serrano Arrizaga señala que la señora Lucrecia Estévez, registra en célebre
carta a quienes fundaron la masonería en Curicó, en la Chacra "La
Marquesa", hoy pleno centro de la ciudad.
“Me contó mi madre –escribe la
señora Lucrecia-, que mi padre, el doctor Eduardo Estévez Maffet entró a la
logia de San Fernando, donde lo presentó un señor de Bisibinger, a quien yo le
decía tío. Mi padre quiso arrendar en la ciudad de Curicó y no encontró quien
quisiera arrendarle, parecía creían que la masonería era algo del diablo.
Entonces mi madre que era librepensadora, le dijo a mi padre que si él quería
la instalaran en nuestra casa. Mi padre se alegró mucho y se lo agradeció a
ella”.
Eran,
indudablemente, tiempos difíciles para instituciones que enarbolaban las banderas
del Estado Laico en una sociedad donde imperara, por tanto, la libertad de
conciencia sobre la “Piedra Angular” de una educación pública, gratuita, laica
y de calidad.
Luego, la señora
Lucrecia agregaba en su carta, "Yo
creo que los amigos de mi padre de esa fecha serían los primeros masones de
Curicó: el Intendente, don Enrique Padilla; el Rector del Liceo, don José Melo
Burgos; el Comandante del Regimiento, señor Montougan; el Doctor Bravo, que
vivía en los altos del Club de La Unión”.
Sí, la Logia Luz
y Perseverancia cumple 100 de vida, y lo hace –al igual que en 1913- con Fuerza
y Vigor masónico, liderada hoy por el mallete rector de Enrique Bravo Rocco, un
ser humano de selección, fraterno con todos y todas las instituciones, aún con
las entidades religiosas que desempeñan un rol solidario en su querida Curicó;
un hombre integro, emprendedor, progresista: Un cabal hijo de Luz y
Perseverancia.
Y celebra este primer centenario Luz y Perseverancia
N° 43, no sólo formando líderes o despertando la curiosidad científica tan
imprescindible en la búsqueda de la Verdad, sino que lo hace obsequiándole a su
ciudad de Curicó un simbólico monumento -emplazado en su hermosa alameda- que
entraña la trascendente e incesante búsqueda que motiva a todo Aprendiz en su
proceso de perfeccionamiento.
Es que Luz y Perseverancia N° 43 ha sido digna Logia
de su real estirpe masónica universal, libertaria, igualitaria y fraterna. Y
puede sentirse satisfecha y contenta de la labor realizada en estos, sus primeros
100 años de vida.
MBA. Universidad de Talca.
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