*Jorge Navarrete Bustamante
El Maule es una región muy potente
desde la perspectiva alimentaria, forestal y energética; por tanto, tiene buena
base para desarrollar óptimos entornos competitivos y posicionar -si trabaja
enfocadamente en ello- a sus empresas en el mercado mundial y, lo más
relevante, a sus habitantes con elevados estándares de bienestar.
La intrínseca
complejidad de la competitividad, así como la determinación concluyente de
todos sus elementos esenciales y críticos que la explican y, sobre todo,
generan, nos lleva a plantearnos
responsablemente una pregunta básica: ¿cuál es el
modelo de competitividad de nuestra región?
Todo
Modelo de Competitividad que se desarrolla en una región se concibe como un
marco conceptual dinámico, sujeto a variaciones en el tiempo, el cual aglutina
distintos factores determinantes de carácter cuantitativo y cualitativo que,
con mayor o menor precisión, incide en el nivel de su competitividad, y en el
efectivo bienestar de sus habitantes.
Asimismo, todo modelo debe ser validado con la valoración
periódica de expertos, agentes socio-económicos, y autoridades públicas regionales
y locales. Así, en la medida que el modelo se vaya constituyendo en un
instrumento sólido de medición y mejora de la competitividad en la región, éste
podrá ser comparado, aplicado y testado en otras regiones a través de la Red de
Competitividad en la que interactúa la región, en este caso pudiera ser la de
Harvard. Este ejercicio de validación local e internacional permitirá
desarrollar un sistema interactivo de mejora continua del modelo de
competitividad de una región como pudiera ser la del Maule.
Nuestra región y el Centro de Competitividad del Maule han venido
trabajando incrementalmente con el modelo de competitividad de Michael Porter (de
la Red de Harvard, a la cual ya se pertenece) Tal modelo cuenta con elementos muy
visuales y claros como el diamante de Porter, y exige abordar un buen número de
elementos que han de ser entendidos y gestionados de forma adecuada.
Este modelo aplicado exitosamente en diversas regiones del mundo, agrupa
los factores que inciden en la competitividad regional en torno a los cuatro
vértices de un diamante: las condiciones de los factores, el contexto para la
estrategia y la rivalidad, las industrias relacionadas y de apoyo y las
condiciones de la demanda.
El modelo integra tres aspectos fundamentales: dónde estamos,
dónde queremos ir y cómo vamos a llegar. El análisis cuantitativo y cualitativo
de todos los elementos esenciales maulinos pudiera ayudarnos a entender dónde
estamos. El dónde queremos ir también deberá comprender todos estos elementos
esenciales, pero deberá ser a un dónde queremos ir compartido con los diferentes
agentes socioeconómicos del Maule. El cómo vamos a llegar comprende una visión
estratégica compartida y la coordinación de todos los agentes para transitar de
la situación actual a la deseable y constituye el camino real de competitividad
y bienestar de los maulinos y maulinas.
Es un caminar posible y fecundo…
MBA. Universidad de Talca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario