jueves, 11 de noviembre de 2010

Aprendamos…

Aprendamos…

*Jorge Navarrete Bustamante

De verdad creo que no está de más referirse a este tópico pues ejemplifica que tenemos como país aristas que pulir, ámbitos retrasados a asumir, brechas que superar, si queremos en serio demostrar que tenemos condiciones para ser una nación desarrollada.

Cierto.

Tal vez nadie avizoró que la elección de una Asociación Nacional de Futbol podría tener el impacto de la magnitud que ésta visibilizó en el mundo político, social y hasta económico.

Quizás la deleznable actitud de la mayoría de los dirigentes del futbol profesional nos tiene ya acostumbrados, decepcionados, y hasta cansados.

Y ello es transversal pues abarca tanto a los de los clubes grandes como a los que se encontraban hasta hace poco en quiebra.

¿Cómo no reconocer, según los expertos, el trabajo bien hecho por Mayne-Nicholls y Bielsa, el mejor en los últimos 50 años?

¿Cuál es la razón de cambiar lo óptimo, lo verdadero y positivo?

Los intereses de poder.

No hay otra razón más elocuente, y así lo han manifestado asertivamente la mayoría de los chilenos en los más diversos sondeos de opinión.

Ello explica que los poderosos quisieran recuperar el control de la Asociación, y los yanaconas de siempre traicionaron al único que podía defender un proyecto sostenible de competitividad deportiva para todos los clubes y el fortalecimiento de su propia asociación.

Las “máquinas” tan recurrentes en la política partidista, se explicitaron a “ojos vistas” cómo nunca antes para aplastar la gestación de la ética del trabajo bien realizado.

De verdad, dan vergüenza.

Esos “dirigentes” no escucharon si quiera a sus propios hinchas. Ni por tratarse de la selección nacional tampoco escucharon al país.

Si escucharon una vez más a sus bolsillos.

Dan pena.

Lamentablemente, con su actitud nos lesionan ante el resto del mundo cómo un país que no reconoce la jerarquía deportiva lograda por el quinto mejor entrenador del mundo; ni la excelencia y probidad administrativa de un dirigente como Mayne-Nicholls, respetado en todas las latitudes de la tierra.

Esos “dirigentes” han demostrado al mundo que no estamos aún preparados para alcanzar un deporte desarrollado ni menos un país desarrollado.

El país ha evolucionado en muchos ámbitos pero en el de la calidad de la dirigencia del futbol –salvo honrosas excepciones- evidentemente hay graves problemas.

Y ello no es menor pues el deporte desde hace ya bastante décadas es un activo en cuanto a imagen país; como expresión de una vida y convivencia nacional sana; y cómo síntoma de cultura, y progreso de una nación.

Un sabio decía: “ No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo” … “La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche obscura”.

Aprendamos entonces la lección. Que ello no vuelva a ocurrir en ninguna institución de la patria.

Aprendamos a valorar la Cultura del Trabajo Bien Hecho y, sobre todo, a quienes genuinamente laboran por el Bien Común, y no sólo -como hemos visto- por el propio.

*MBA. Universidad de Talca

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