lunes, 29 de julio de 2013

Reforma Tributaria



*Jorge Navarrete Bustamante

Leyendo hace unos días a Andrea Reppeto y a Eduardo Engel, me convenzo más de lo imprescindible de una reforma tributaria que contribuya a revertir los aún magros indicadores sociales del país.

Efectivamente, tal a reforma, que en lo central aumenta de 20% a 25% la tasa del impuesto de primera categoría y elimina el Fondo de Utilidades Tributables (FUT), exige que aquellos que tienen más colaboren proporcionalmente más para poner al día el aporte del Estado, específicamente, en educación, salud y vivienda.

La reforma en comento, inexorablemente no alterará la macroeconomía nacional ni cosa parecida tal como lo prevén empresarios destacados como Jorge Awad, Ignacio Cueto, y otros.
Cierto, cabe consignar -dice Andrea Reppeto- que: "Aquí ha habido mucha confusión y se olvida que en nuestro país el impuesto a las empresas es simplemente una retención y que son las personas las que pagan impuestos. La propuesta de afectar la retención que se hace a nivel de la empresa no cambia cuáles son los impuestos que paga finalmente el dueño de esa empresa, independiente de su tamaño. Incluso contempla una baja en la tasa marginal más alta, beneficiando a los que generan más ingresos".

Dicho de otra manera, no existe un alza de impuestos a las empresas; lo que se pretende aumentar es la retención. Más claro aún: Así como un empleador retiene los impuestos de sus trabajadores en el sueldo todos los meses, aquí se le está reteniendo un impuesto al dueño de la empresa que, si sobrepagó se le devuelve a fin de año y, si subpagó, tiene que pagar la diferencia. Por tanto, no se trata de incrementar el impuesto a las empresas, pues aquí los que pagan impuestos son las personas.

Cierto, se aumentará la carga tributaria que proviene justamente al cambiar del sistema de pagar según, las utilidades que se reparten, al de utilidades devengadas. Eso hace una diferencia porque se acaba este crédito gratuito que se les está dando a los dueños de las empresas que están en los percentiles más ricos de la población. Es que es precisamente ahí de donde viene la mayor recaudación y en ese sentido se aumentan los impuestos a las personas, no a las empresas, con una rebaja en la tasa marginal más alta porque se reconoce que las tasas marginales más elevadas, si bien generan progresividad en el sistema, al mismo tiempo son un desincentivo a la inversión en capital humano. Entonces, tasas más bajas también promueven la inversión en capital humano y esa es la combinación que está proponiendo Andrea Reppeto y Eduardo Engel, entre otros prestigiosos economistas.

Sobre la eliminación del FUT, esta se debe a que las pequeñas empresas no se benefician con este; todo lo contrario. Al pequeño dueño, que genera poco, se le retiene hoy día el 20% y si tenía que pagar sólo el 10% de sus ingresos, ese 10% adicional que prepagó quedó guardado y no se le devuelve mientras las utilidades no se repartan. Pero los socios ricos, ellos sí tienen incentivos para retener utilidades.
 MBA. Universidad de Talca.

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