*Jorge Navarrete Bustamante
En el 2° Seminario Internacional realizado por
el Centro de Competitividad del Maule sobre Inteligencia Competitiva, se
coincidía que esta consiste en el proceso de obtención,
análisis, interpretación y difusión de información de valor estratégico sobre
la industria y los competidores, que se transmite a los responsables de la toma
de decisiones en el momento oportuno (Gibbons y Prescott)
Con PhD Alessandro Comai, experto en Inteligencia Competitiva y executivo de Miniera |
Generalmente, decíamos en la columna pasada, se confunde
vigilancia competitiva con inteligencia competitiva, pero no es lo mismo pues
está última incluye a la primera. La primera recoge información, la segunda
recoge análisis; la primera obtiene información y la segunda valoriza la
información; la primera es puntual, la segunda es sistémica; la primera hace un
seguimiento pasivo, en cambio la segunda realiza un seguimiento activo; en fin,
la primera tiene por meta la información, la segunda tiene por propósito la
toma de decisiones.
Por lo tanto, la Inteligencia Competitiva incluye: captura
de informaciones; gestión del conocimiento; tratamiento y análisis de las
mismas; y entrega de los resultados.
En un sentido más amplio, la Inteligencia Estratégica
abarca las acciones de control de la información sobre un sector determinado.
Detecta las señales de las tendencias que puede llevar a un cambio del entorno
de una empresa, cadena o clusters apenas reconocibles. El objetivo entonces es alertar
a la dirección o gerencia, con el tiempo suficiente sobre toda innovación
científica o técnica, o de cualquier cambio del entorno, que probablemente
suponga la variación del escenario en que se mueve las empresas.
Por estas razones suele dividirse la Inteligencia Competitiva en cuatro categorías principales que se ocupan de partes concretas del entorno, como un todo. Estas son: Inteligencia Comercial (actúa sobre clientes, proveedores y al mercado); Inteligencia tecnológica (aplica sobre tecnologías, a la investigación básica y a la aplicada, entre otras); Inteligencia Competitiva (propone acciones en función de los competidores actuales y potenciales); e Inteligencia Estratégica (reporta y propone políticas públicas en los ámbitos de regulación, medio ambiente, recursos humanos y sociales)
Por estas razones suele dividirse la Inteligencia Competitiva en cuatro categorías principales que se ocupan de partes concretas del entorno, como un todo. Estas son: Inteligencia Comercial (actúa sobre clientes, proveedores y al mercado); Inteligencia tecnológica (aplica sobre tecnologías, a la investigación básica y a la aplicada, entre otras); Inteligencia Competitiva (propone acciones en función de los competidores actuales y potenciales); e Inteligencia Estratégica (reporta y propone políticas públicas en los ámbitos de regulación, medio ambiente, recursos humanos y sociales)
Empero existen
otras disciplinas relacionadas con la IC, dignas de tener en cuanta en nuestro
trabajo cotidiano y futuro; por ejemplo, el de
benchmarking;
este se encuentra también
altamente vinculado con la IC. En efecto, el Benchmarking compara, en cambio la
IC investiga; el benchmarking observa las mejores prácticas, y la IC
permite adoptar decisiones; el benchmarking establece
mejoras, y la IC se anticipa; el benchmarking se
enfoca en el presente, en cambio la Inteligencia Competitiva con el futuro.
Continuara
MBA. Universidad de Talca
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