sábado, 15 de diciembre de 2012

Competitividad: 2° Parte, ICORE 2011



*Jorga Navarrete Bustamante

Se decía en la columna pasada, que los déficits competitivos se han enfrentado eficazmente en el País Vasco, y otras regiones del mundo, en forma sistémica.


Ello acá no se ha implementado. Las conversaciones continúan siendo coyunturalitas más que estratégicas; cortoplacista y a veces hasta cosista; hay preocupaciones procedimentales más que de contenido; todo es urgente, para ayer; y las decisiones con asomo de estructurales –cuando son propuestas- son asumidas con cierto letargo. Y así no se revierten las insuficiencias competitivas ni de productividad pues se trata de procesos nada de simples, de mediano y largo aliento.

Resulta imperiosa, entonces, una Visión Compartida del más amplio espectro y con un mediano y largo plazo. Es decir, en tan complejo y dinámico proceso nadie debe ser excluido mucho menos descender sólo  en lo puntual e inmediato. En otras palabras, la región requiere más que nunca antes un “Modelo de Desarrollo Competitivo”; de un “Plan Estratégico de Competitividad”. Y estos deben ser complementado con “Estrategias sobre el recurso Agua”; “Estrategia de Energía”; “Estrategia de Desarrollo Logístico”; “Estrategia de Ciencia y Tecnología”, o “Estrategias de Especialización Inteligentes”, de los cuales aún hoy carece nuestra región rigiéndose principalmente por directrices nacionales.

Debemos desarrollar “entornos competitivos”. Podemos avanzar hacia “un nuevo modo de hacer las cosas”; fortaleciendo Capital Social y articulándose estrechamente con las “instituciones de colaboración”. Mejorando la Gobernanza regional.

Es que pocas veces antes la uniformidad que impone el centralismo ha carcomido más a esta región que a otras. Al parecer se hace más lo que Santiago dice que lo que la región necesita.

En específico, el factor PERSONA, es el más complejo de asumir en nuestra región (abarca educación y salud conformando 10 variables).
En efecto, en el penúltimo lugar estuvo el Maule en el ICORE 2011, ubicándose en su más bajo lugar para esta dimensión. Resulta imprescindible establecer medidas e incentivos regionales para revertir los magros indicadores actuales: escolaridad bajo el promedio nacional; el 43% de la Fuerza de Trabajo no ha terminado enseñanza básica;  en fin, la más alta tasa de analfabetismo del país.

En suma, la Región del Maule ocupó en 2011, por primera vez, el último lugar en el ICORE, a pesar de haber subido su índice en 0.04 puntos (equivalente a un 23% de aumento). Esta región había registrado una clara tendencia al alza de su índice del competitividad entre 2002 y 2008.

Sin embargo, en 2009 tuvo una caída significativa, que el aumento de 2011 solo recupera en parte, llevando su índice al nivel que tenía en 2003.

Es decir, se mejoró algo pero las otras mejoraron mucho más. Algo ya vivido con respecto a rankings anteriores, y que no se ha sabido superar.

Se requiere entonces, para empezar, de un trabajo sistémico y de velocidad.

MBA. Universidad de Talca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario